La minifalda es una prenda que forma parte del guardarropa femenino desde hace más de medio siglo. Esta prenda marca un antes y después no sólo en la moda, también en su historia, representa un acto de rebeldía y un instrumento de liberación ante los cánones establecidos. Desde esta significativa prenda, podemos entender su historia, su pasado, presente y el camino que la proyecta al futuro.
Su espíritu rebelde hace de ella una pieza que los diseñadores no se cansan de revivir colección tras colección. He aquí su historia.
En los años 20 con el surgimiento de una cultura juvenil, momento de diversión, placer y sensualidad, las mujeres habían logrado que su armario fuese más atrevido. Sin embargo, hubo un retroceso con la austeridad y el conservadurismo de la Segunda Guerra Mundial, que inevitablemente se vio reflejada en la moda y que se mantuvo hasta los años 50´s.
Históricamente, las mujeres debían vestirse como sus madres, sin embargo, la nueva década traía grandes cambios para la mujer. Los años 60 llegaron para revolucionar el pensamiento y el armario de las mujeres. El deseo de liberación y la agitación social se vieron reflejadas en un cambio trascendental: incorporación a la vida laboral, acceso a la pastilla anticonceptiva y, en la moda, la falda se acortaba, por vez primera, casi 15 cms.
En ese entonces, Inglaterra vivía toda una revolución cultural entre la que destacan en la música The Rolling Stones y The Beatles, reflejo de una generación con nuevos ideales y necesidad de expresión que les exigía también una nueva forma de vestir. Aunque hay distintas opiniones sobre quién inventó la minifalda, su origen se le atribuye a una diseñadora londinense, Mary Quant, que había abierto una boutique en Chelsea en la que vendía sus propios diseños. Quant creó la primera minifalda en 1964. De acuerdo a la diseñadora, la intención era “romper las reglas”.
Esta atrevida invención, fue usada públicamente por Twiggy (actriz, cantante y modelo inglesa). El escándalo no impidió que estas faldas cortas fueran utilizadas y ganaran adeptas al resultar cómodas, versátiles, adecuadas para todo tipo de cuerpos y, lo más importante, resultaba liberador del guardarropa convencional.
Francia no fue ajeno a este movimiento, diseñadores como Emanuel Úngaro, Pierre Cardin y André Courrèges la incluían en las pasarelas. Courrèges siempre se ostentó como el verdadero creador de la minifalda al tomar a Brigitte Bardot (la sex-symbol por excelencia francesa) como su musa y embajadora de la minifalda.
En España, la minifalda tuvo incursión de forma más paulatina. Sus primeras apariciones se dieron en cine y televisión, lo que facilitó la adopción a una prenda considerada atrevida. Fue la clase alta quien se atrevió a utilizarla después de triunfar en Paris y Londres. La consagración definitiva se dio con la cantante Massiel en el Festival de Eurovisión donde resultó ganadora en 1968.
Poco a poco, el uso de la minifalda en México y otras naciones se fue incrementando hasta convertirse en una de las prendas más populares en la moda. La minifalda permanece vigente gracias a su aire liberador, imagen juvenil y su sentido de empoderamiento femenino.
En Sutexsa esperamos que hayas disfrutado conocer un poco de la historia de una prenda, aparentemente simple, pero que marcó un antes y después en la liberación sexual, el feminismo y la moda.
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