Desde que tenemos memoria, la costura ha formado parte de nuestra vida, algunas veces como pasatiempo y otras como una forma de ganarse la vida.
Si bien para muchos inicia como un pasatiempo para liberar el estrés cotidiano, conforme te sumerges en este mundo descubres una enorme fascinación al ver la transformación de ideas en prendas o piezas con estilo propio.
La costura puede aportar un sinfín de beneficios para ti, más allá de la creatividad y la imaginación, puede influir en tu salud física y mental.
En estos tiempos de pandemia en la costura muchas personas encontraron una forma de hacer catarsis y de desarrollar múltiples destrezas como desarrollar la sensibilidad, la motricidad fina, precisión, elasticidad, coordinación visual, mejorar la concentración y el enfoque en el presente.
Además, es una de las actividades que puede realizarse en familia y promover la convivencia. Definitivamente uno de sus principales beneficios es favorecer las relaciones sociales. Iniciar un proyecto con unos cuantos materiales puede resultar una tarea divertida y bastante económica. Así que pasar tiempo con la familia haciendo manualidades puede ser una experiencia gratificante, no lo pienses más y manos a la obra.
De este modo llegamos a la conclusión de que una actividad que muchos vimos en nuestras abuelas y madres, puede ser también una actividad para las nuevas generaciones. Como terapia, relaja y produce la satisfacción de ver plasmada una idea. Además, hoy muchos apuestan por renovar o dar vida a prendas viejas. El denominado upcycling te permite aprovechar lo que tienes en tu armario y disfrutar del proceso de hacer una nueva prenda, de plasmar tus ideas en creaciones, todo depende de tu imaginación y creatividad.
Si apenas inicias en este mundo tienes que ir de poco a poco, la costura, como la vida es un proceso, tienes que intentar, repetir, hacer, deshacer. Es cuestión de práctica. Pon en práctica tus funciones cerebrales, estimula tu memoria y creatividad.